lunes, 23 de marzo de 2009

Los dos conejos

La fábula de los dos conejos, esta se la sabía mi padre de memoria y yo me la aprendí también.

Gran moraleja al final, que cada uno la extraiga por sí sólo.



Por entre unas matas,
seguido de perros,
no diré corría,
volaba un conejo.

De su madriguera
salió un compañero
y le dijo: «Tente,amigo,
¿qué es esto?»

«¿Qué ha de ser? ,responde;
sin aliento llego...
Dos pícaros galgos
me vienen siguiendo».

«Sí ,replica el otro,
por allí los veo...;
pero no son galgos»
«¿Pues qué son?», «Podencos».

«¿Qué? ¿Podencos dices?
Sí, como mi abuelo.
Galgos y muy galgos;
bien visto lo tengo».

«Son podencos, vaya,
que no entiendes de eso».
«Son galgos, te digo».
«Digo que podencos».

En esta disputa,
llegando los perros,
pillan descuidados
a mis dos conejos.

Los que por cuestiones
de poco momento
dejan lo que importa,
llévense este ejemplo.

Tomás de Iriarte.

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